Cien alcarreños a la conquista de Orán

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El cardenal Cisneros en la toma de Orán. Detalle del mural de Juan de Borgoña de 1514

   Rastreando la historia de Guadalajara uno se encuentra con gran cantidad de personajes caídos en el olvido, pero cuya determinación, valentía o, simplemente, temeridad, tienen la capacidad de sorprender siglos después. Es el caso del capitán alcarreño Luis de Contreras, hidalgo que vivió a finales del siglo XV y principios del XVI en Guadalajara, y cuyas acciones, quizá más leyenda que verdad, bien merecen este artículo.

Corría el año 1508, y Castilla se encontraba en un momento delicado. La reina Isabel había fallecido años atrás, y el reino se encontraba en una situación extraña, en la que Fernando el Católico ejercía de regente, ante la supuesta incapacidad de su hija Juana la loca, con escasa autoridad en el reino por ser visto como un extranjero y haberse casado de nuevo con una francesa, Germana de Foix, mientras que el gobierno descansaba en el cardenal Cisneros, arzobispo de Toledo, hombre de gran poder gracias a las rentas que le daba la mitra toledana, pero poco apreciado por la alta nobleza por no ser uno de los suyos. Nobleza que buscaba una manera de recuperar la influencia perdida durante el reinado de los Reyes Católicos.

Así pues, las altas instancias del reino vivían en una tensa calma, cuando el cardenal Cisneros se empeñó en acometer una gran empresa militar: la toma de Orán, que se enmarcaba en la política de conquistas de plazas fuertes norteafricanas emprendida por Castilla. Este bastión en el norte de África permitiría un mejor control del Mediterráneo, campo de batalla entre cristianos y musulmanes y asolado por la piratería que golpeaba el levante español desde las costas berberiscas. El cardenal puso su fabulosa riqueza al servicio de la empresa, con la condición de que la ciudad pasara a formar parte del patrimonio arzobispal, y consiguió el apoyo del rey Fernando, quien en calidad de regente pidió a las villas y ciudades del reino que aportasen tropas450px-Estatua_del_Cardenal_Cisneros

El cardenal Cisneros. Hombre fuerte en la Castilla de Principios del XVI. Estatua erigida en Alcalá de Henares

(http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Estatua_del_Cardenal_Cisneros.jpg)

Guadalajara no faltó a su compromiso, y puso a disposición de la Corona cien hombres armados al mando de Luis de Contreras, cifra nada desdeñable considerando el tamaño de la ciudad por aquel entonces.  Así, durante el año 1508 se realizaron los preparativos, supervisados por el propio Cisneros, que se empeñaba a pesar de su avanzada edad en viajar con las tropas,  y que tuvo que hacer frente a diversos problemas relacionados con la escasa integridad que demostraron algunos subalternos en el manejo del dinero destinado a pagar a la tropa, lo que provocó incluso un motín de la misma.

El 16 de mayo de 1509 el ejército zarpa de Cartagena  rumbo a Mazalquivir, con más de cien naves y entre diez mil y quince mil hombres, desembarcando cerca de Orán. Las primeras acciones se centraron en rendir la sierra cercana al emplazamiento, para privar de apoyos a los defensores, y aprovechando un momento de debilidad, los castellanos se lanzaron por sorpresa al asalto de las murallas de la ciudad enemiga.

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 Fuerte de Santa Cruz en Orán. Símbolo de la presencia militar española

(http://commons.wikimedia.org/wiki/File:Fort_Santa_Cruz_Oran1.jpg)

Es entonces cuando entran en escena los cien alcarreños y el capitán Contreras, que consiguen ser de los primeros en penetrar en Orán. La temeridad debió ser tan grande que el propio Luis de Contreras falleció en el asalto, hecho que nos traslada de la historia a lo que posiblemente sea pura leyenda: el pobre Contreras era un hombre veterano y curtido en otras batallas, en una de las cuales perdió un ojo. Los musulmanes, al verle liderando la avanzadilla cristiana que había roto la línea de defensa, pensaron que se encontraban ante el mismísimo Cisneros, por lo que se lanzaron contra el y le dieron muerte. Pensando que habían acabado con el líder enemigo, y para causar la desmoralización en sus tropas, pusieron la cabeza del alcarreño encima de una pica y se dedicaron a pasearla por las murallas, para que todos pudiesen verla, diciendo que habían matado al cardenal. Pero el error no duró mucho tiempo, y los propios cautivos cristianos que estaban presos en Orán se dieron cuenta que la cabeza de aquel infeliz no era la de Cisneros, por lo que el efecto en la moral de ambos bandos fue más bien efímero.

toma de oránLa toma de Orán. Mural de Juan de Borgoña de 1514

Cuenta la leyenda (pues probablemente de historia quede poco en este episodio) que los musulmanes, al darse cuenta que el pobre Contreras era tuerto, empezaron a propagar el rumor de que el hecho de que el primer enemigo caído solo tuviera un ojo era un mal presagio. La desmoralización comenzó a extenderse entre los defensores, que empezaron a abandonar sus posiciones facilitando el asalto cristiano, tornando la batalla en una matanza y el ataque en saqueo de la plaza.

Posiblemente estos hechos curiosos no pasen de ser eso, anécdotas que con el boca a boca se hayan engrandecido. Lo cierto es que el asalto estuvo muy bien planificado, con un ataque muy potente por tierra y el apoyo de los cañones de las naves por mar. La ciudad cayó rápidamente, y sólo la fortaleza pudo resistir hasta pactar una rendición honorable de sus defensores. Hubo unas cuatro mil ejecuciones y se tomaron ocho mil cautivos, lo que da idea de lo incontestable de la victoria. Los supervivientes de la milicia de Guadalajara, al haber estado entre los primeros en entrar en Orán, consiguieron volver a casa con todos los honores, y un gran botín tomado al enemigo.

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